Bajo el título de Polaroids, el fotógrafo, pintor y cineasta Julian Schnabel expone 80 fotografías en el Centro Cultural Niemeyer de Avilés. La selección incluye retratos de Lou Reed, Plácido Domingo, Mickey Rourke, The Beastie Boys, así como pinturas de las habitaciones privadas del Palazzo Chupi de Nueva York, que Schnabel diseñó y decoró, y obras de sus estudios de Brooklyn, Montauk y Manhattan.
Julian Schnabel es una fuerza de la naturaleza, un "artista" en el sentido más amplio de la palabra, un creador. A veces desconcierta, otras apasiona, siempre sorprende. Sus propuestas no dejan a nadie indiferente. Posee esa mirada especial sobre la realidad que solo les es dada a unos pocos. Sorprendió a la comisión del Whitney Museum de Nueva York cuando, en su solicitud para ser incluido en el programa independiente de estudios, presentó una serie de diapositivas en las que se le veía emparedado entre dos rebanadas de pan. Sorprendió con sus pinturas sobre platos rotos. Sorprende la energía y el atrevimiento de sus planteamientos. Y sus declaraciones: "Soy lo más cercano a Picasso que podrán ver en esta pinche vida"; "La pintura es, para mí, como la respiración. Es lo que hago todo el tiempo. Todos los días hago arte, ya sea pintando, escribiendo o dirigiendo una película".
Como otros grandes cineastas, Schnabel se ha visto tentado por la fotografía, decantándose por una Polaroid de los años setenta, un armatoste grande y pesado con el que logra la fuerza y la inmediatez que pretende. Instantáneas de lo que le rodea: amigos, su estudio, su familia, su obra, personajes desconocidos o a si mismo, como vemos en la fotografía superior derecha. Y todas ellas tienen su aura, algo misterioso y subyugante, y algo salvaje en su desnuda expresividad.
Me fascina su obra, como me fascina la personalidad de este hombre polifacético. Como director de cine, a él debemos la película sobre el grafitero Basquiat, de quien os hablé en una entrada anterior, así como Antes que anochezca, la película en la que Javier Bardem interpretaba al escritor cubano Reinaldo Arenas y por la que recibió la Copa Volpi al mejor actor en el festival de Venecia de 2000. Con La escafandra y la mariposa, de 2007, consiguió el premio al mejor director en Cannes y cuatro nominaciones a los Óscar. También ha publicado un disco y escrito su autobiografía.
Este es el aspecto de su exposición en el Centro. Como veis, la belleza de la sala no desmerece la de la muestra.
En el vídeo le vemos en su estudio de Nueva York, rodeado de su obra. Como siempre, en pijama.
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