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jueves, 9 de junio de 2011

Los avatares de La dama del Armiño



Hoy, jueves 9 de Junio, estoy en el Palacio Real viendo la exposición sobre los tesoros de Polonia de la Fundación Czartoryski. Y, por ende, contemplando La dama del armiño, uno de los poquísimos retratos que se conservan firmados por Leonardo da Vinci, uno de los cuadros más bellos del mundo. Espero el momento con impaciencia. Os hablaré de ello, pero hoy quiero contaros los avatares que vivió esta preciosa tabla hasta llegar a manos de su actual propietario, el príncipe polaco Adam Karol, hijo de la princesa Dolores de Borbón, prima del Rey Juan Carlos.



















Los historiadores del arte no pueden concretar qué fue de esta pintura desde que Leonardo la pintó, entre 1488-1490, hasta el siglo XVIII. Sí se sabe que, hasta entonces, no fue atribuída a Da Vinci, y quizá fuera ese el motivo de que su paso por distintas manos pasara desapercibido por los expertos. Su periplo documentado comienza en 1798, cuando el príncipe polaco Adam Jerzy Czartoryski, cuyo retrato os muestro sobre estas líneas, es nombrado embajador de Cerdeña por el emperador Alejandro I, y adquiere el cuadro en Roma, sin tener idea de que se trataba de un Leonardo. Adam Jerzy era hijo del príncipe Adam Kazimierz Czartoryski y de la condesa Izabela von Fleming, en el retrato superior derecho. Cuando el príncipe vuelve a su castillo polaco y le enseña la tabla a su madre, dicen que ella exclamó: "¿Eso qué es? Si es un perro es muy feo".

Pero en 1830 los rusos invaden Polonia y la familia Czartoryski emigra a Austria. En Sieniawa fundan su primer museo, en el que exponen los tesoros artísticos de su colección, pero en 1842 se ven obligados a cambiar su residencia de nuevo, esta vez rumbo a París, donde el príncipe compra el Hotel Lambert, que os muestro en la fotografía. Lo restaura con el objetivo de volver a mostrar su colección, pero fallece en 1861 y es su hijo menor, Wladyslaw, quien toma el relevo.


















El príncipe Wladyslaw, al que vemos en la fotografía, gran amante del arte y coleccionista (junto con su hermana Izabela había adquirido antiguedades romanas y egipcias, vasos etruscos y griegos, esmaltes, alfombras ...) se casó en 1855 con María de los Desamparados Muñoz y de Borbón (arriba a la derecha), condesa de Vista Alegre e hija de la reina regente Cristina de Borbón Dos-Sicilias. Establecieron su domicilio en el Hotel Lambert pero, tras los disturbios que sufre París después de la derrota francesa contra Prusia en 1871, el príncipe esconde su colección en el sótano y huye de la ciudad. Y allí permanece La dama del armiño junto con otras joyas, como un espléndido retrato de Rafael que desaparecería en manos de los nazis en 1945, hasta que en 1878 Cracovia ofrece su arsenal como museo y el cuadro vuelve a Polonia.















Estalla la I Guerra Mundial y es Adam Ludwik, casado con la condesa Maria Ludwika Krasinska, a los que vemos sobre estas líneas, quien salva la parte más valiosa de la colección, un total de 85 piezas, transportándola a Dresde. Allí estará hasta 1920, en que vuelve a Cracovia, pero en 1939, el padre del actual propietario, Agustyn, la lleva de nuevo a Seiniawna. En 1940 los nazis se apoderan de ella, con la finalidad de que pase a formar parte de la colección privada de Hitler. Acabada la guerra, la familia puede recuperar La dama del armiño, que desde entonces forma parte de nuevo de la colección Czartoryski. Toda una aventura. Lo sorprendente es que se encuentre en tan excelente estado de conservación.

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