"Las bodas de Fígaro", en el Real

Confieso que salí decepcionada de la representación de Las bodas de Fígaro del pasado miércoles en el Teatro Real. Se acaba la temporada (creo recordar que solo resta Tosca, el 20 de julio) y a no ser que nos ofrezcan una interpretación digna, el broche que Mortier ha elegido desmerece un programa en el que hemos disfrutado de momentos magníficos. Desde mi punto de vista, todo fue plano ayer: mediocres los cantantes, sin fuerza ni matices la orquesta, el montaje (una reposición de un montaje del 2009) sin imaginación. Esta ópera buffa no es una de mis favoritas, pero es indudable que tiene arias y canciones preciosas, a las que ayer los cantantes no sacaron ningún partido. Una lástima. Ni Nathan Gunn y Annette Dasch como el conde y la condesa; Aleksandra Kurzak y Pietro Spagnoli como Susanna y Fígaro y Alessandra Marianelli como Cherubino estuvieron a la altura. Y me decepcionó la escenografía de Emilio Sagi y la dirección de Víctor Pablo Pérez. Eso sí, como se trata de un "clásico", aforo completo.

En compensación, nada como escuchar este fragmento a cargo de dos inmensas cantantes: Cecilia Bartoli y Renee Fleming, como la condesa y Susanna.