(...) "Indignado, pese a mi filosofía, sí que lo estoy, pero menos con vosotros que con los citados Hessel Y Sampedro, los clérigos buenistas del parque jurásico de la autoayuda, los economistas aterrados y los sedicentes pensadores -¡pensadores!- que parecen terroncillos de azúcar cande a punto de disolverse en las naderías que escriben.
(...)
Los indignados de Sol se parecen a los descamisados de Perón, pero visten, aunque muchos de ellos lo ignoren y sean solo lo que Togliatti y otros de su colla llamaban "tontos útiles", camisas rojas (las de Stalin), negras (las de Mussolini), pardas (las de Hitler), gris maón (sin hache intercalada... Viene de Mao) y azul eléctrico (las de Franco). Sus gritos mudos pueden ser riaurriaus que llamen a correr los sanfermines de la toma de la Zarzuela. Sus manos abiertas pueden ser puños cerrados y saludos romanos. Sus campamentos pueden ser campos de concentración."
Estos dos textos forman parte de un artículo firmado por Fernando Sánchez-Dragó en el diario El Mundo, el 17 de Junio de 2011. En el antetítulo, el periódico resume así el artículo: "El autor se muestra "indignado" con la impunidad de los "indignados" y con el oportunismo de algunos intelectuales".
"Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente"
Mi opinión, adorable sol pau, -cómo vos estás,se te ve bien-, por si te interesa: Hessel, Sampedro, el propio Dragó, exitosísimos best-sellers ellos, son moi... panfletarios y apocalípticos los tres. A Pessoa los tres le hubieran indignado, creo.
ResponderEliminarSaludos
Qué sorpresa tan agradable volver a verte en mi casa, después del abandono al que me habías sometido. Discrepamos, pero añoro tus comentarios a mis entradas. Un gran abrazo
ResponderEliminar¿Abandono mío, sol pau? No veo yo nunca, con lo que me encantaría, aunque fuera para ponerme allí verde, el estrépito de tu cabellera indómita animando mi penoso blog. Ya entiendo que eres tú más importante que yo, pero de ilusiones, incluso de alusiones, también se malvive.
ResponderEliminarYo creo que discrepar un poco es hasta tonificante para la piel, que se tensa un poquito.
Eppur, otro bien fuerte abrazo para tí.
Tienes más razón que un santo, mi vida es un sinvivir. Mis disculpas y sinceros propósitos de enmienda. Y, ni qué decir tiene, tu blog tiene tanto de penoso como yo de Arcipreste de Calahorra.Voy ahora mismo a discrepar un poco contigo allí.
ResponderEliminarMuchas gracias, sol pau, por derramar los dorados rayos de tu palabras en Mío blog, el cantar de los míos descantares. Nada que disculpar ya, comprender bien tu sinvivir, que se intuye colmado de la tempestad y el empuje de tu genio, en cierto sentido similar al de Santa Teresa de Jesús, sólo que del Arte. Así que gracias tantas.
ResponderEliminarJajajaja. Soy lo más parecido a San Teresa que haber puede. Y genio, haber, hailo, no hay más que preguntar a los que lo sufren.
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