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lunes, 17 de octubre de 2011

Para ser español


Todas las mañanas, al ir a comprar el periódico, me saluda con un "buenos días" sonriente un chico de color, grande y fuerte como un gladiador, con la mirada más bondadosa y la sonrisa más abierta que podáis imaginar. Vende La Farola en una esquina de la plaza, muy cerca del kiosco. Hierva la acera en pleno mes de agosto o caigan chuzos de punta allí está, con el periódico en la mano. No atosiga ni aborda a nadie, simplemente se deja ver. Habla el castellano con dificultad, pero se esfuerza. Es centro africano. Lo recordé al enterarme de que una simpática juez del Registro Civil de Barcelona ha decidido hacer un examen cultural a los emigrantes que pretenden obtener la nacionalidad, preguntándoles cosas tan chuscas como quién fue Carrero Blanco o dónde termina el Camino de Santiago. Ignorar la respuesta es prueba irrefutable de que esa persona no está integrada en nuestra bendita sociedad, y por lo tanto no es merecedora de llamarse español. No quiero ni pensar a cuántos de nuestros jóvenes se les retiraría la nacionalidad si les sometiéramos a lo propio.

Imagino a mi gladiador ante la juez, malentendiendo sus palabras, atónito. Como todos los que malviven en nuestro opulento mundo, huiría del hambre, quizá de la guerra, y lleno de esperanza llegaría a nuestras costas jugándose la vida, solo por un plato de sopa caliente, un techo y la vana promesa de una vida mejor. Para conceder la nacionalidad, el Código Civil exige que su residencia sea "legal y continuada", que muestre "buena conducta cívica y suficiente grado de integración en la sociedad española". Se me cae la cara de vergüenza.

Mientras tanto otro juez condena a un españolito a pagar 90 euros por apalear a su mujer en plena calle, y 20 más por amenazarla de muerte porque quiere divorciarse. En plena agresión la llamó "zorra", pero para el juez simplemente la calificaba como "mujer astuta". Magnífico el mensaje que dicho juez ha enviado a los maltratadores: por 110 euros, pueden insultar, amenazar y apalear a su mujer. Una multa de tráfico, vamos. Esta debe ser la Justicia que nos merecemos. No tengo palabras.

3 comentarios:

  1. Ésa es la pregunta número cinco de la jueza: ¿Qué es una zorra en España? Como no responda "Mujer astuta", de una patada lo devuelven al centro mismo del África central.

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  2. La verdad es que ante hechos como estos, no sabe uno si está enferma la sociedad, el sistema, o cada uno de los seres humanos(tachemos humanos, y pongamos seres que habitamos este planeta)pues tanto la jueza como el juez, se me ocurre que podían ser marido y mujer, y así, le puedo decir a sus señorías que estan de enhorabuena los dos, pues uno tiene una astuta mujer, y la otra le puede preguntar por Carrero su astuta madre. ¡que pena!

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  3. Sol Pau, me llena de orgullo y satisfacción- perdón, menudo discurso me estoy pegando- pues eso que me encanta leer el contenido de estas líneas, pues denotan una gran sensibilidad por tu parte y que tanto se echa en falta en nuestra sociedad. Parece que a la gente se le ha olvidado, que venimos de una evolución, de una evolución, de una evolución, de una evolución, de una especie, en concreto un homínido, que por cierto su origen se sitúa en el África Central, si el África Central, que nadie se me espante y salga corriendo para matar a Darwin, porque entre otras cosas está muerto y además son los más recientes estudios, los que confirman este dato tan significativo de nuestro verdadero origen.
    Sobre el tema de los maltratos y el posterior juicio, pues que solo hace que confirmar la teoría anteriormente indicada, y que quede claro, que también tengo mis dudas de que un primate se llegue a comportar de igual modo, que nuestro “queridísimo” Juez.
    Un saludo Sol Pau y demás comentaristas.

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