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lunes, 11 de octubre de 2010
James Ensor: La belleza de lo grotesco
Esta pintura, con una factura tan actual, fue realizada a finales del siglo XIX por James Ensor, pintor belga que, alejado del formalismo estético de su tiempo, creó una obra personalísima, influyendo en los movimientos expresionistas y surrealistas posteriores. Su mirada acerada no dejó títere con cabeza. Mordaz, sarcástico, despiadado, desnudó con los pinceles a la sociedad bienpensante de su época.
Aunque comenzó pintando escenas realistas, con una paleta de tonos sombríos, pronto se decantó por los colores brillantes y tradujo el mundo que le rodeaba a escenas carnavalescas, donde abundaban las máscaradas y los pierrots, quizá inspirado por las caretas que su madre vendía en la tienda de regalos debajo de su estudio. Caretas y esqueletos, el pintor introduce a la muerte en un ambiente de falsa alegría, de impostación y frivolidad.
Estos días podemos ver una muestra de su obra gráfica en la Fundación Carlos de Amberes de Madrid, bajo el título La belleza de lo grotesco. Impresiona la mordacidad con la que juzga su tiempo, la violencia que subyace en cada cuadro. El impresionismo, con su colorido vibrante, influyó en su paleta, y el Bosco y Brueguel el Viejo en la representación de sus personajes. Todo es ridiculizado: la política, la religión, el arte... El cuadro que abre este comentario es su autorretrato, realizado cuando contaba 29 años. Como vemos, se representa rodeado, costreñido por seres grotescos, rostros deformes, obscenos en su fealdad. El mismo año pinta esta Anciana con máscaras, de nuevo una cara amable, tratada incluso con ternura, rodeada de feldad.
Entre las obras que podemos ver en la exposición este cartón, La entrada de Cristo en Bruselas en 1889, que hoy forma parte de la colección Guetty. Entre una multitud, la figura de Cristo, en quien nadie parece fijarse. Los críticos lo consideran como un autorretrato, ya que el pintor siempre se dolió de la poca comprensión que su arte despertó en su familia.
Una obra inclasificable que merece la pena conocer y disfrutar.
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Porque no ponen el nombre de las pinturas?
ResponderEliminarTienes razón, no recuerdo por qué no lo hice. Te pido disculpas. Un abrazo
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