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domingo, 10 de octubre de 2010

Josefina de la Torre, Ernestina de Champourcín, poetas.

Hojeo el libro Poesía española (Antologías), editado por Cátedra, que recoge los dos volúmenes en los que Gerardo Diego reunió, en 1932 el primero y en 1934 el segundo, una muestra de la obra de los poetas más importantes del momento, según su criterio. Y me llama la atención encontrar entre 42 poetas sólo a dos mujeres: Josefina de la Torre y Ernestina de Champourcín.
La primera, la menos interesante como poeta, desde mi punto de vista, desarrolló su faceta artística principalmente como actriz. Pero en la antología Gerardo Diego recoge un poema que me gustó. Lo transcribo:

La tarde tiene sueño
y se acuesta en las copas de los árboles.
Se le apagan los ojos
de mirar a la calle
donde el día ha colgado sus horas
incansable.
La tarde tiene sueño
y se duerme mecida por los árboles.
El viento se la lleva
oscilando su sueño en el aire.



Lo primero que me interesó de Ernestina de Champourcín fue su poética, recogida en el libro de Diego. Dice así:

¿Mi concepto de la poesía? Carezco en absoluto de conceptos. La vida borró los pocos de que disponía, y hasta ahora no tuve tiempo ni ganas de fabricarme otros nuevos. Por otra parte, cuando todo el mundo define y se define, causa un secreto placer mantenerse desdibujado entre los equívocos linderos de la vaguedad y la vagancia.

Me han gustado muchos de sus poemas. Os muestro uno, que lleva mi nombre.

Soledad

Todos van, todos saben... Sólo yo no sé nada. Sólo yo me he quedado abstraída y lejana, soñando realidades, recogiendo distancias. Cada pájaro sabe qué sombra da su rama, cada huella conoce el pie que la señala. No hay sendero sin pasos ni jazmines sin tapia... ¡Sólo yo me he quedado en la brisa enredada! Sólo yo me he perdido en un vuelo sin alas por doblar soledades que en el cielo lloraban. Sólo yo no alcancé lo que todos alcanzan por mecer un lucero a quien nadie besaba.

Arriba podeis ver uno de sus cuadernos, y en la parte inferior su casa natal en Vitoria.

1 comentario:

  1. Me gusta lo que escribe, su inconceptualidad y su casa. Varguitas también me gusta mucho, pero yá le conocía.

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