Hace unos días se conocía la existencia de unos versos inéditos del poeta británico Ted Hughes, en los que habla del suicidio de la que fue su mujer y también poeta Sylvia Plath. La noticia ha conmovido al mundo de la literatura no sólo por la importancia del hallazgo sino porque el hecho ha vuelto a poner de actualidad la trágica historia de esta pareja.
«¿Qué ocurrió la noche del domingo? ¿Tu última noche? Lo que recuerdo de ella». Habla de cómo le llegó por teléfono la noticia del suicidio: «Una voz como un arma elegida/ o una inyección medida con cuidado/transportó fríamente cuatro palabras hasta el fondo de mi oído:/su esposa ha muerto». Una versión desechada por el propio poeta recuerda: «La última vez que te vi viva/echando al fuego la última carta a mí dirigida... con aquella enigmática sonrisa/ como si hubieras querido dar a entender algo (tachón) muy distinto».
Parece ser que mientras investigaba en la Biblioteca Británica, lord Melvyn Bragg encontró entre los documentos de Hughes un poema titulado Ultima carta. En él, el poeta trata de recordar punto por punto la noche del suicidio de su mujer, a la que había abandonado tiempo atrás para unirse a la también poeta Assia Wevill. Dicen que el poema es de una dureza terrible.
En estas fotos les vemos durante su matrimonio. Se conocieron en la Universidad de Cambridge durante una fiesta y se casaron cuatro meses después. Tuvieron dos hijos y una relación atormentada que concluyó con el abandono familiar por parte de Hughes, que se fue a vivir con Assia Wevill de la que tendría una hija. Sylvia se hundió en una profunda depresión. Vivía aislada con sus hijos y escribía de madrugada compulsivamente. El 11 de febrero de 1963 abrió la espita del gas, tras dejar preparado el desayuno a sus hijos, y se suicidó. Como aún continuaban casados, Hughes se hizo cargo de sus manuscritos que fue publicando con mimo durante los siguientes años. Ariel está considerado por los críticos uno de los poemarios en lengua inglesa más importantes de la segunda mitad del siglo XX.La vida de Ted Hughes no ha sido fácil. Los enamorados de la obra de Plath no le perdonan su papel en el suicidio de esta, y se lo han hecho sentir a lo largo de toda su vida. Ha escuchado gritos de "asesino" en no pocas apariciones públicas; en más de una ocasión ha tenido que restituir el apellido Hughes en la lápida de su mujer, que aparecía como Sylvia Plath Hughes. Por otra parte Assia, la mujer por la que abandonó a Sylvia, también se suicidó con gas, no sin antes matar a la hija de ambos. Y en marzo de 2009, uno de los hijos que compartieron, Nicholas, también se suicidó. Claro que para entonces Ted Hughes ya no vivía. Había muerto el 28 de octubre de 1998.
En este vídeo vemos un trailer de la película Sylvia, dirigida por Christine Jeffs y protagonizada por Gwyneth Paltrow. Sobre las imágenes escuchamos al actor Jonathan Pryce leyendo la Última carta de Ted Hughes.
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