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miércoles, 25 de julio de 2012

Cimadevilla


En el Palacio de Revillagigedo, o del Marqués de San Esteban del Mar, comienza el barrio de Cimadevilla, el antiguo barrio de pescadores de Gijón, donde me alojo. Se trata de un importante conjunto palaciego  de estilo barroco, construido en el siglo XVIII por orden del primer marqués de San Esteban, Carlos Ramírez de Jove, quien la mandó edificar en 1704 aprovechando una torre gótica del siglo XIV preexistente. Se le conoce como palacio de Revillagigedo por el condado de ese nombre que, más adelante, le fue otorgado a un miembro de la familia. En la fotografía se puede observar la aledaña Colegiata de San Juan, ante la que se encuentra la calle que da acceso al barrio. En la plaza, mirando al Puerto deportivo, una estatua de Don Pelayo.












A la izquierda,la Colegiata, y a la derecha la Casa Paquet, uno de los edificios más encantadores de Gijón, con una vista fantástica sobre el Puerto y un balcón en la esquina en el que, siendo niña, yo imaginaba a Julieta de conversación con Romeo.












Hace muchos años el barrio fue rehabilitado, recuperándose muchas de sus casas o construyendo nuevas que no desentonaran excesivamente con el entorno. Hoy abundan los bares y restaurantes, aunque no ha perdido su carácter de barrio ni sus pequeños comercios. Me gusta menos como han urbanizado las plazas, en un afán por convertirlas en pistas de patinaje que aprovechan los niños pero que, a mi entender, las ha privado de personalidad y encanto.












Durante las semanas que llevo viviendo aquí he convertido este barrio en mi casa, establecido relaciones de cariñosa cordialidad con los tenderos de los establecimientos próximos, y me he sentido tan feliz que sé cuánto me va a costar dejar de tomar café frente al mar, en la terraza que veis en la imagen de la derecha, o dejar de ver a la ansiosa gaviota de Rosi, la pescadera, cuando abro la ventana por la mañana.











Un lugar delicioso para vivir.

2 comentarios:

  1. A mi me dan una envidia insanísima tus andanzas por castellón, una provincia que no conozco y que me apetece horrores. Así que hagamos intercambio de tierras, tú a Asturias y yo a la tuya. Un abrazo David

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