Vivo en el barrio de Cimadevilla, el más antiguo y pintoresco de la ciudad, antiguo barrio de pescadores, un lugar encantador del que me gustaría hablaros más despacio en otra ocasión. La casualidad me ha traído a la Calle de la Soledad, junto a la ermita del mismo nombre, vecina a la pescadería de Rosi, una dama encantadora que me ha prohijado y me proporciona un pescado extraordinario. Mientras desayuno, todos los días la observo colocar el pescado entre el hielo, bajo la atenta mirada de una gaviota que la espía desde la puerta día tras día, sin atreverse a cruzar el umbral.
Aunque por la noche el barrio es asaltado por hordas de jóvenes, mi zona, algo más alta, se mantiene a salvo y la tranquilidad y el silencio solo se ven interrumpidos por los gritos de las gaviotas, con los que me despierto a diario. Cuando abro la ventana entra en casa el olor a mar.
Felizmente, aquí viviré durante el próximo mes, y desde aquí, con la imprescindible colaboración de este mini ordenador de diminutas teclas, os mostraré todo lo hermoso que se me presente.
Que ilusión estar en Gijón Sole, cuantos recuerdos. Aunque estás en la otra punta, que por cierto debe ser muy bonita, no dejes de ir a nuestra zona y recordar nuestros veranos y los sitios donde íbamos. Aquella cafetería donde te hicieron " mis simpatía ", ¿existe todavía?.¿ te acuerdas ?, Haz muchas fotos y ya nos contarás. Besos. Tu hermana Dolores.
ResponderEliminarSí Lola, existe la cafetería, todo está más o menos igual, incluído el Parque de Isabel la Católica y la casa de la abuela. Lástima que no podamos coincidir todas aquí. Muchos besos, hermana
ResponderEliminar