En el casco antiguo de Gijón, muy cerca del barrio de Cimadevilla, donde me alojo, se encuentra el Museo Barjola. Al enorme interés de la obra expuesta se une la belleza del lugar elegido para mostrarla, la casa palacio de la familia Jove-Huergo, con su capilla adjunta, denominada de la Trinidad, construida en 1674. La fachada de la capilla, de estilo barroco, está profusamente moldurada, a diferencia de la sobriedad que rige el estilo del palacio.
El único adorno de la fachada es el escudo de los Hevia, Miranda y Lavandera Valdés. El interior ha sido completamente remodelado para cumplir las exigencias museísticas, de manera que poco podemos intuir de su pasada distribución. Solo se ha conservado el interior de la capilla, que os muestro arriba a la derecha, donde se organizan exposiciones temporales, fundamentalmente de escultura e instalaciones.
El museo reune un conjunto de obras que permite hacer un recorrido por la evolución del pintor desde los años 50 hasta los 90. Considerado como uno de los máximos exponentes de la llamada nueva figuración, su obra va ganando gestualidad y dramatismo con los años. Recuerdo cómo me impresionó cuando contemplé por primera vez sus óleos a finales de los 70. Una pintura dolorosa.
Aquí os dejo una pequeña muestra de su obra, a la que dedicaré otra entrada uno de estos días.
Aquí os dejo una pequeña muestra de su obra, a la que dedicaré otra entrada uno de estos días.
Muy buenooo!!!!!!!!
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