"Hay muchas cosas buenas que salen gratis. Pasear por la mañana temprano, cuando el sol es tierno, tímido como la brisa que coquetea con las hojas de los árboles. Caminar de madrugada por calles tan llenas de gente como en los mediodías del invierno, para asombrarse de la euforia silenciosa de las parejas que se besan en los bancos, o apoyadas en los pilares de las plazas porticadas. Los que viven cerca del mar lo tienen fácil, pero también es una fiesta meter en una tartera la comida prevista para consumir en casa, despacharla sobre una manta, en la hierba de algún parque, y tumbarse después a la sombra. Asistir a los conciertos de las bandas que suelen tocar en quioscos de parques y plazas mayores los domingos por la mañana. Y frecuentar las bibliotecas públicas, mientras duren.
Hay muchas cosas buenas que salen muy baratas. Una botella de vino para beberla despacio, en casa, al atardecer y entre amigos. Un buen libro de bolsillo, que proporciona una emoción que dura más que el vino y cuesta casi lo mismo. Un cine de verano, el lugar ideal para hacer manitas. Una ración de ensaladilla rusa y dos cañas, en la terraza de un bar cualquiera, antes o después del cine de verano. Enamorarse es un milagro todavía más barato, tan caro que, sin embargo, no se puede fabricar.
El verano es el tiempo de la felicidad. Apúrenlo y no piensen en el invierno que nos espera. Porque nuestros abuelos lo tuvieron muchísimo peor que nosotros y si no hubieran vivido, si no hubieran sabido disfrutar de la vida, si no se hubieran enamorado en tiempos atroces, nosotros no estaríamos aquí. Si existe una cosa que sabemos hacer bien los españoles es ser pobres. Lo hemos sido casi siempre, pero eso no nos ha hecho más desgraciados, ni más tristes que los demás. Recuérdenlo y sean felices, porque la felicidad también es una forma de resistir."
Almudena Grandes, diario El País, 9 de julio de 2012
Bueno, cómo se puede ser tan cínica señora Almudena, cómo se puede justificar la pobreza con esas frases de libro de crecimiento personal. Usted no se da cuenta de que no debemos permitir que exista la pobreza y que resignarse a aceptarla es perder la lucha.
ResponderEliminarNo joda y escriba otra novela.
Salvador Moreno Valencia
Escritor.
Tía Sol, a mí me ha encantado la entrada. De hecho, he entrado a tu blog sólo para volver a leerlo.
ResponderEliminarYo creo que aquí no se habla para nada de justificar la pobreza, lo que lo que no se puede justificar es una supuesta riqueza que no existe y un crecimiento económico ficticio, basado en una burbuja económica insostenible.
¿Vivir hipotecado y a base de préstamos nos hace más ricos? A mí parece que sólo hace más ricos a los bancos... todo son castillos en el aire construídos precisamente gracias a aquellos que no quieren, o no les interesa, aceptar que España no produce nada y por lo tanto no podrá ser más que un pobre país de catetos mientras no se invierta más en educación y en investigación y desarrollo.
En mi opinión resignarse a aceptar la pobreza es el primer paso para salir de ella, y puesto que el ser pobre no implica ser vulgar, triste, gris, indigno o amargado, no está de más recordarlo por si a alguno se le había olvidado.
Nunca he leído un libro de crecimiento personal, pero desde luego si son así voy a tener que leerme alguno ya mismo!!
Un beso tía Sol
Cris.