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martes, 24 de julio de 2012

La casa natal de Jovellanos


La casa-palacio de la familia Jovellanos, construida en el siglo XV para Don Juan García de Jove, es una de las edificaciones más importantes de la villa gijonesa, hoy convertida en Museo de Arte Asturiano. A lo largo del tiempo sufrió dos reformas importantes, la última a cargo del padre de Gaspar Melchor de Jovellanos, en 1758. Consta de un cuerpo central con dos torres a los lados, y una capilla anexa.












Ya poco queda en el interior de la casa original, transformados los espacios para albergar el museo. Sin embargo, sí se han conservados dos estancias con algunos muebles y objetos del político y parte de su colección de pintura. Es una lástima que su magnífica colección de dibujos desapareciera durante la Guerra Civil.

Perteneciente a la aristocracia local, Jovellanos nació en Gijón el 5 de enero de 1744, hijo de Francisco Gregorio de Jovellanos, Alcalde perpetuo de la villa, y de Francisca Apolinaria Jove Ramírez, miembro de una de las familias más ilustres de la ciudad. Intelectual de gran prestigio y ambicioso reformista, fue nombrado por Godoy Ministro de Gracia y Justicia, aunque las intrigas palaciegas precipitaron su cese. En 1801 fue detenido en su casa y enviado prisionero a la isla de Mallorca.A la izquierda se ha tratado de reproducir una de las habitaciones que ocupó Jovellanos cuando regresó a su casa natal,  presidido por su retrato y dos preciosos bargueños. A la derecha, una talla de madera que lo representa, firmado por Cristóbal Ramos en 1770.



Me gustaron mucho algunas de las piezas que se conservan de su colección de arte, como el cuadro que os muestro a la izquierda, la Vista de San Lorenzo y del Campo Valdés, de Mariano Ramón Sánchez, que representa la actual iglesia de San Pedro y la casa de Jovellanos en el siglo XVIII. A la derecha, San José con el Niño, del taller de Luis Fernández de la Vega.













El Cristo crucificado de la Escuela de Anton Van Dyck y La Virgen, anónimo de la Escuela Boloñesa del siglo XVIII son dos de las piezas que se han conservado, junto a un conjunto de manuscritos, publicaciones y relatos que se muestran en una vitrina.

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