Te mentí, vida mía. Donde dije
"te quiero", pon "te quiero con locura".
Donde dije "me muero por tus huesos",
quise decir "me muero por tu carne".
Donde dije "lo nuestro es para siempre",
debí decir "lo nuestro es donde nunca",
en un mundo en que no mueren las rosas,
en un mundo de fe, libre de erratas.
Qué queda de la noche
Qué queda de la noche, vida mía.
y qué de mi descenso al paraíso
de tus ojos, velados por la niebla
del humo y del deseo. Qué ha quedado
de las llamas alegres y furiosas
que devoraron nuestros corazones.
Este despedazado panorama.
Esta desolación. Estas cenizas.
Voy leyendo, despacio, la reedición de Los mundos y los días, recopilación del mejor Luis Alberto de Cuenca entre los años 1970-2005. Intento leer los poemas ordenadamente, libro a libro, para disfrutar de ese proceso en el que su verso se va afilando, desnudándose. Brillan sus poemas. Un poemario imprescindible.
¡Gracias por traer "qué queda de la noche" a tu blog!
ResponderEliminarAhora lo he disfrutado, en su momento lloré mucho con éste y otros poemas de L.A. de Cuenca.
Un abrazo de sesentona
Me alegro por lo que implica que ya lo disfrutes. Un abrazo enorme
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