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miércoles, 18 de julio de 2012

Cuatro hermanas, de Jetta Carleton

"Enamorarse de una colegiala formaba parte de sus costumbres; era una enfermedad como la epilepsia, que permanecía inactiva durante largos períodos y surgía inesperadamente sometiéndolo a palpitaciones desenfrenadas, sudores, vanidad incontrolable y delirios de brillantez, elegancia e invencibilidad; resumiendo: de grandeza. Era el éxtasis secreto y prohibido que le producía que una jovencita lo mirara día tras día como si él fuera el sol naciente que brillaba sobre ella. Aquella sensación lo renovaba, lo llenaba de un placer excesivo y desatado.
Y, sin embargo, lo espantaba. Aquella costumbre, enfermedad, aptitud suya le producía angustia. Lo hacía sentirse como una especie de monstruo. Con desesperada sinceridad, intentaba sondear su interior preguntándose si surgiría de un oscuro deseo incestuoso. Pero ¡por todos los demonios!, no podía creer que se tratara de eso. ¿Qué parecido tenían con sus hijas aquellas muchachas que se apoderaban de su corazón?"
(...)
"Se preguntó si creer en Dios no sería el sustituto de creer en uno mismo. Su miedo, ¿era tan santo cómo él pretendía? Quizá no era miedo, sino cobardía. Hay una diferencia. Y quizá Dios apreciaba más el valor que la humildad vacilante. (...) El manso heredará la tierra, pero nadie le prometió el cielo.
Y ahora, al pensar en su propia vida, no estaba seguro de haber heredado la tierra. Había sido bastante manso; no se había arriesgado demasiado. Y, ahondando más en el tema, tampoco había conseguido mucho. (...) ¿Y no se debía eso al miedo? Él había procurado avanzar con un pie clavado firmemente en el suelo, temeroso de soltar el pájaro que tenía en mano por los cientos que volaban. (...) No había pagado el precio, sino que se había quedado con lo pequeño,lo seguro, lo razonablemente suficiente. Y eso nunca satisface a un hombre.
Quizá era ese su pecado: la pobreza de espíritu."

Con una sencillez deslumbrante, Jetta Carleton nos cuenta la historia de una familia bordando sus retratos sicológicos y ahondando en la condición humana con brillantez y profundidad. Una novela gozosa e inolvidable.

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